El 26 de abril de 2008, un operativo realizado por la Fuerza Especial de Lucha Contra el Narcotráfico, no encontró lo que buscaba, encontró algo peor, Jarol Flores Morales Vicepresidente del Comité Cívico Juvenil partidario del Prefecto Cossio, guardaba en su domicilio dinamita, munición de mortero, granadas y balas.
La ineficiencia del Ministerio Publico rayó en lo sospechoso ya que el mismo día del operativo (26/04/08) y el día de la audiencia de las medidas cautelares (27/04/08), los medios de comunicación reflejaron las intenciones de Jarol Flores: “…si alguna vez tomamos medidas de hecho, necesitamos material, este material es específicamente para eso, nosotros siempre vamos a estar prestos a defender a Tarija…”, esto sumado a los antecedentes del Cívico en la toma de las oficinas del Servicio de Impuestos Nacionales y el Instituto Nacional de Reforma Agraria en diciembre del 2007, además de las agresiones publicas en plena plaza principal a Héctor Dávalos y Jesús Gira por considerarlos “traidores a Tarija”, hubiese bastado para lograr la detención preventiva del implicado.
Jarol Flores es uno de los organizadores – junto al constituyente Roy Moroni Cornejo de la agrupación camino al cambio (MNR) - de la “torna vuelta” de brigadas juveniles tarijeñas que irán a Santa Cruz a “respaldar” el referéndum estatutario del 4 de mayo y que luego recibirán las brigadas fachas de la Unión Juvenil Cruceñista para “respaldar” el referéndum del 22 de junio de la Prefectura y el comité cívico de Tarija. ¿Para esto se requiere dinamitas, granadas y morteros?
El hecho suscitado, demuestra que los que dicen luchar por la democracia, la paz y la legalidad, han organizado grupos paramilitares dispuestos a llegar al alzamiento armado y el derramamiento de sangre para lograr sus objetivos. ¿Cuales?: dividir Bolivia, establecer autonomías feudos, derrocar al gobierno popular de Evo Morales y otros, dependiendo de las circunstancias y condiciones.
Ante lo que esta aconteciendo, es incuestionable que la situación política de Bolivia es de crisis, mientras el gobierno y los movimientos sociales de pobres y excluidos - para evitar la violencia y por sus propios errores - se vieron obligados a reducir el proyecto de constitución a mero programa político, poniendo todo el proceso constituyente en la mesa de la negociación política, los prefectos y cívicos de la media luna perfilan su estrategia política a lograr su propia ley (de facto), a partir de la cual, recién negociaran?, o, la impondrán con dinamitas, granadas y morteros?
Dicho de otra forma, los sectores conservadores del país tuvieron la capacidad de frenar el proceso constituyente, impulsado en base a las recetas (hipótesis) de los movimientos indígenas populares, para optar dos cómodas alternativas, negociar el no cambio (cambiar para que nada cambie) o construir sus republiquetas dentro del Estado; en el caso de Tarija, creando nueva institucionalidad estatal de facto y adaptando las viejas estructuras administrativas del Estado. La debilidad institucional de las estructuras administrativas del viejo Estado que heredo el gobierno, es decir, la no presencia del estado - en lugares mas en lugares menos - da lugar para eso, y mucho mas. Un ejemplo de ello es que un gobierno a la cabeza de un indígena sea bloqueado y frenado de hecho, con la bendición de un cardenal, en su acción gubernamental de aplicar la ley (saneamiento de tierras) para resolver el problema de indígenas sometidos a formas de esclavitud disfrazada en el chaco boliviano.
Esto - la adaptación de las viejas estructuras administrativas del estado al proyecto autonómico de facto - aplicado a la administración de justicia en los departamentos de la media luna, en el caso de Jarol Flores, no solo que relajara la investigación (como ya fue) sino que, seguro de aquí a unos meses, el Ministerio Publico sobreseerá al implicado. Lo contrario puede ocurrir en el caso de otras personas opositoras a los regimenes departamentales de facto para quienes la ley puede ser dura y torcida.
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