REVUELTA SOCIAL EN LA ISLA DE GUADALUPE PONE EN 3 Y 2 A SARKOZY

Las declaraciones fueron hechas por el primer ministro, Francois Fillon, quien a nombre del Ejecutivo publicó un comunicado en el que afirmó que se iniciará una investigación judicial para aclarar la circunstancias de la muerte de un sindicalista de 50 años, del Colectivo Contra la Explotación (LKP), impulsor de las protestas y quien fuera abatido por un tiro de fusil de caza mientras salía de una reunión.

Los disturbios además de la lamentable muerte, también causó heridas leves a seis agentes del orden público.

El jefe del Ejecutivo condenó los actos violentos e hizo un llamamiento a la responsabilidad de todas las partes implicadas para que "cese esta violencia que traumatiza a Guadalupe".

"Sólo el diálogo y el respeto mutuo permitirán progresar por la senda de un futuro mejor compartido", indicó Fillon, al tiempo que agregó que continúa el diálogo para buscar la solución a la crisis económica de la isla.

Además, precisó que el Gobierno ya ha puesto en marcha "medidas significativas" a favor de los habitantes de las Antillas, como subsidios para los más desfavorecidos, ayudas a los alquileres de viviendas, una bajada de los precios de los carburantes o la apertura de comedores escolares.

Por su parte, La ministra francesa del Interior, Michéle Alliot-Marie, afirmó que "no se tolerarán los robos, la violencia contra personas y los atracos".

"La violencia no tiene nada que ver con el derecho legítimo a manifestarse", subrayó la ministra, que diferenció entre las reclamaciones sociales de la población y la "violencia urbana" que están provocando "pequeños grupos" de jóvenes en los últimos días.

Alliot-Marie reunirá este miércoles a un comité sobre la seguridad pública en las Antillas que mantendrá contactos diariamente hasta que se normalice la situación. A la convocatoria asistirán la cúpula de seguridad francesa, con el director de la Policía Nacional, el responsable de Seguridad Pública y el de la Gendarmería Nacional.

¿Por qué la crisis?

Ante una crisis económica sin precedentes en la historia de esta pequeña isla, los huelguistas piden un aumento de unos 200 euros (unos 253 dólares estadounidenses) y un recorte en los precios de los productos básicos, mientras que la tasa de desempleo en el país antillano ya se sitúa en 20 por ciento. Todo esto se agrava por el hecho de que la herencia del pasado imperial de Francia, lo que produce que la concentración de riquezas acabe en las arcas de un puñado de familias.

Los manifestantes culpan de la situación directamente al Ejecutivo y también al Gobierno de Nicolás Sarkozy. Dicen que Francia trata a Guadalupe como "una colonia" más que un departamento.

"Los guadalupeños están en la calle desde el 20 de enero. Nicolas Sarkozy se manifiesta un mes después. Creo que todo el mundo entiende que los guadalupeños son tratados con un gran desprecio", dijo el líder del LKP, Elie Domota, y también tachó de "racista" la actuación policial frente a los manifestantes.

La semana pasada fracasaron las negociaciones llevadas a cabo en Guadalupe por el secretario de Estado francés de Ultramar Yves Jégo, tras negarse el gobierno a satisfacer las demandas de los huelguistas.