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26 DE MARZO: DÍA DEL DERECHO UNIVERSAL A LA LUCHA ARMADA


Pedro Antonio Marín Marín o Manuel Marulanda Vélez (Tiro Fijo), nació el 12 de mayo de 1928 en el municipio de Génova, antiguo departamento de Caldas, que en la última reorganización departamental corresponde al Departamento del Quindío.

Hijo de una humilde pareja de campesinos compuesta por Rosa Delia Marín (madre) y Pedro Pablo Marín (padre) de cuyo matrimonio nacieron sus hermanos de mayor a menor: Rosa Helena y Carmen Obdulia (Ya fallecidas) Jesús Antonio, (muerto en combate por tropas del gobierno en 1957) y Rosa María Marín Marín, la única sobre viviente hasta hoy.

No pudo terminar el quinto año de la enseñanza primaria en la escuelita rural donde estudiaba; con 16 años se convirtió en un aserrador profesional de maderas en forma manual, que a la vez la llevaba a vender al mercado del municipio. Luego combinaba la venta de maderas con la de queso, así lo encuentra el 9 de abril de 1948 día en que asesinaron a Jorge Eliécer Gaitán en Bogotá. En ese momento el joven Pedro Antonio Marín Marín, cumplía 21 años de edad.

El primer hecho que lo impactó es la destrucción y quema del municipio de Ceilán y la masacre de la población liberal. Este era el pueblo a donde él llevaba la madera y el queso a vender. Esta situación lo obliga a abandonar el trabajo y empezar a protegerse. Viene a Génova, su pueblo natal, donde la policía lo detiene (única detención en su vida) y es acusado de haber participado en los hechos de Ceilán, cuando los promotores de estos hechos era la misma policía y los conservadores armados, situación que resolvió pidiendo un permiso a sus captores para ir a finalizar un asunto de trabajo y no volvió a presentarse a la policía, este hecho sucede a finales de 1948.

En 1949, la situación en Colombia continuó empeorando, decide con solo 21 años, organizar la primera guerrilla, la cual crea con sus primos y parientes, aquí es donde inicia su carrera de guerrillero y se convierte en Comandante de esa guerrilla.
A mediados de este año junto a las guerrillas liberales, dirigidas por el primo en tercer grado, Gerardo Loaiza, participa en múltiples combates con el ejército y la policía. Fue uno de de los primeros guerrilleros que recuperó en combate un fusil nuevo y con abundante munición, muy pronto lo aprendió a manejar con una destreza y precisión admirable, pues colocaba una hoja de papel cuaderno a una distancia de 800 metros y con un solo disparo, partía la hoja en dos.


Durante 35 años Marulanda condenó el secuestro como herramienta política, no retuvo a personas civiles y militares, lo hizo en los últimos años obligado por la crueldad de la burguesía colombiana y el imperialismo yanqui, con un objetivo político, lograr la liberación de los guerrilleros. También se ha hecho en otros países, solo que en estos países lo hicieron en otras condiciones políticas.

El camarada Marulanda, como hombre organizado que todo lo planificaba con anterioridad, llegó a pedirle al resto de la dirección permiso para dedicar de 10 a 20 días o hasta un mes, en diferentes épocas, para dedicarse a estudiar. Leyó y estudió bastantes libros, por ejemplo: los manuales de Marx, Engels y Lenin, de la primera y segunda guerra mundial, sobre Napoleón Bonaparte, los tomos del Mariscal Chukov, algunos de Stalin, libros sobre la guerra de guerrillas de Mao Tse Tung en China, de Ho Chi Minh y la lucha vietnamita, algunos del Ché y de Fidel Castro, además de escritos del Libertador Simón Bolívar y de movimientos revolucionarios de América Latina.

El análisis de estos libros y documentos le permitió adquirir una capacidad enorme en el conocimiento de la situación nacional e internacional, que con mucha facilidad le daban elementos para refutar y rechazar en la vida práctica las acusaciones que se vertían de diferentes ángulos con fines de desprestigiarlo y deslegitimar el proyecto de liberación nacional que él había propuesto para Colombia.

Fue acusado de chusmero, bandolero, antisocial, criminal, narcotraficante, narcoguerrillero, millonario y, de terrorista. Sin embargo, buscando en el diccionario, ninguno de estos calificativos pueden ser aplicados al camarada pues su conducta y comportamiento demostraban todo lo contrario, que en el desplazamiento móvil y trashumante por la hermosa Cordillera Central de Los Andes dejó sembrada una estela de brillantes ideas por la liberación del país.

En lo político, también, pudo enfrentar las pretensiones de la oligarquía por desmovilizar al movimiento armado sin dar solución real a las causas que originaron el conflicto, entre ellas: en 1953, al asumir el poder el presidente Rojas Pinilla; en 1958, con el Frente Nacional; en 1983, con Belisario Betancourt Cuartas, en Casa Verde, después en 1991, en Caracas y México y, finalmente con Andrés Pastrana en San Vicente del Caguán en 1999.

Siempre estuvo atento y listo para orientar y dirigir los planteamientos emanados del movimiento, sin permitir que se fuese a cometer algún fallo.

El 26 de marzo de 2008, a la edad de 80 años, el corazón del Comandante Manuel Marulanda Vélez dejó de latir, rodeado de sus escoltas y en brazos de Sandra, su esposa, su amiga, compañera y combatiente.

Diecisiete presidentes de los Estados Unidos y diecisiete presidentes de Colombia, no fueron capaces de capturar o darle muerte al héroe de Colombia.

Su memoria perdurará en el pueblo colombiano, y su ejemplo será guía para los revolucionarios de ahora y del futuro.

Ante su tumba, todos los guerrilleros y guerrilleras juraron vencer, y venceremos.

Biografía preparada por: Agencia Bolivariana de Prensa

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