Hoy conmemoramos con sumo orgullo y alegría, la contundente victoria cívico militar que dio al traste en menos de 48 horas al Golpe de Estado del 11 de abril de 2002. 6 años donde recordamos los mártires de aquella gesta, y el heroísmo de un pueblo que saliendo desarmado a la calle, marchó en rescate de su proceso revolucionario y de su líder histórico.
El pueblo pese a su incipiente organización salió a enfrentar al enemigo de clase imperialista, y fue el detonante para que el amplio grupo de militares patriotas se pronunciase y empezase actuar para el restablecimiento del orden constitucional. Este hecho mostró a los ojos del mundo, que en Venezuela pueblo y ejercito unidos son invencibles ante cualquier amenaza y ataque por más poderoso que este sea.
Cuando recordamos esos acontecimientos no dejan de sorprendernos dos fenómenos: por un lado la destacadísima actuación de los grandes medios de comunicación privados en la planificación y ejecución de ese fatídico Golpe al Estado Bolivariano. En pocas ocasiones en la historia contemporánea internacional, por no decir nunca, se observó una participación tan activa y coordinada de los mass media en el derrocamiento de un gobierno, por lo cual se ha descrito muchas veces ese acontecimiento, como un Golpe Mediático, definitivamente de nuevo tipo.
Pero por otro lado, un hecho no menos sorpresivo fue la capacidad que tuvieron los sectores populares de romper el cerco mediático a través de los medios alternativos, el Internet y la telefonía móvil, que tomó por sorpresa a los golpistas y a las organizaciones revolucionarias (que hay que decirlo en un primer momento estas se vieron sobrepasadas por el pueblo movilizado). En pocas horas enormes masas de personas se agruparon en torno a espacios estratégicos tales como cuarteles y el mismísimo Palacio de Miraflores, lo cual disuadió a las masas de la derecha y motivó la contraofensiva de los militares patriotas.
Parece increíble, pero en ese momento las masas se emanciparon del tutelaje ideológico de la televisión, la radio y los principales periódicos, ya que estos ocultaron en todo momento lo que estaba ocurriendo, pero la comunicación alternativa rompió todo este marco de manipulación simbólica.
Finalmente, una enseñanza fundamental que deja los acontecimientos históricos del 13 de abril de 2002, es que los sectores populares cuando toman la iniciativa política, y se movilizan conscientemente por la defensa y la conquista de los espacios de poder son indetenibles.
En este sentido, cuando en la actual coyuntura hemos sufrido algunos reveces, se hace imprescindible impulsar sin ningún temor la iniciativa revolucionaria de las masas, es menester movilizar en todo momento a los sectores populares, contribuyendo a su organización y cada vez mayor concientización.
El mejor homenaje que podemos dar a los hechos del 13 de abril, es permitir e impulsar la iniciativa política de las masas, la reconquista de SIDOR, hecha íntegramente por los trabajadores es una prueba de ello. No dejemos por fuera nuevamente a los sectores populares, sigamos construyendo los Consejos Comunales, los Consejos Socialistas de los Trabajadores, y otros espacios más de poder.
Esto es el Poder Popular, cuya máxima expresión se llevó a cabo hace 6 años, cuando el pueblo combatió para retomar su gobierno.
El Gobierno Bolivariano y las organizaciones revolucionarias deben motivar que los sectores populares, más temprano que tarde devengan en arquitectos de su propio destino, hacedores de su propia historia, que pasen de ser objetos históricos a ser verdaderos sujetos históricos, conscientes, sin ningún tipo de alienación.
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