Por Luis R Delgado J
En muchas ocasiones diversos autores afirman que entre las debilidades conceptuales que tiene el materialismo histórico, filosofía de la praxis o marxismo leninismo, es que este en ningún momento desarrolló un análisis serio acerca de los problemas étnico-raciales, como formas específicas de contradicción social, reduciendo en última instancia todos los conflictos en Lucha de Clases.
Este juicio hoy se hace patente cuando se analiza la situación boliviana, algunos hablan de conflicto étnico otros de lucha de clases.
Lo cierto es que estudiando los planteamientos de José Carlos Mariátegui, marxista peruano y fundador tanto de la Central Obrera como del Partido Comunista de ese país (dato que pocos recuerdan), se pueden extraer algunas enseñanzas para entender el fenómeno de las luchas raciales desde una óptica de la Lucha de Clases.
Para Mariátegui en la región andina (fundamentalmente Ecuador, Perú y Bolivia) la explotación al obrero y al campesino, se confundía con la explotación de las comunidades indígenas por la población blanca oligárquica. Es decir, en la región el obrero y el campesino es fundamentalmente hijo de los pueblos originarios.
Este dato que aparentemente pasa desapercibido para muchos, se busca invisibilizar para opacar la realidad de las luchas sociales en toda la región andina y mesoamericana, afirmando que las mismas son en todo caso luchas culturales.
Aclaramos que estamos de acuerdo que son en buena medida luchas culturales, la Cultura Occidentales profundamente etnocida. Pero si reducimos todos los conflictos de la región a un problema étnico, estaríamos obviando la lógica de la explotación capitalista a los obreros y campesinos de la zona.
De hecho, parte del desarrollo del movimiento indígena en las últimas 2 décadas,consistió en trascender la lucha por los derechos culturales, al combate por los derechos políticos y sociales. Esto sucedió, porque en los 70 y 80 del siglo pasado se lograron conquistas como el reconocimiento a la interculturalidad, el respeto a las lenguas originarias a través de la educación,publicación de textos en lengua materna, la denuncia a los fenómenos de occidentalización cultural, todo esto logrando reivindicaciones pospuestas desde hace siglos, sin embargo, estas positivas medidas no atacaban la médula de la explotación económica y la opresión política.
Por esta razón, el movimiento indígena a partir de los 90 inició su reclamo y movilización permanente por la conquista de derechos políticos y sociales tales como: el reconocimiento a la plurinacionalidad de los Estados; defensa de la soberanía de los Estados frente al Imperialismo; el respeto a las autonomías delos pueblos originarios y sus formas propias de gobierno; legislación laboral justa frente a la súper explotación capitalista y en algunos casos semifeudal o incluso esclavista; el derecho a la tierra (problema campesino de primer orden); protección de sus hábitat naturales y defensa de los recursos naturales en general; acceso gratuito a los servicios básicos (agua, electricidad, gas, etc.), ente otros objetivos.
El gobierno boliviano del MAS y el combativo movimiento indígena de Ecuador, son los mayores exponentes de estos movimientos de los pueblos andinos y mesoamericanos.
El salto cualitativo dado por los movimientos de los pueblos originarios, ha consistido por lo tanto, en trascender la lucha étnica e incorporar objetivos sociales y políticos que van más allá de estos grupos, incorporando a los enormes sectores mestizos explotados.
Una gran enseñanza para la izquierda tradicional, que en la región andina no incorporó los planteamientos de Mariátegui, por no valorar en su justa medida las contradicciones culturales y raciales en el marco de la Lucha de Clases.
Por lo tanto el fenómeno de la discriminación racial puede ser comprendido con mayor cabalidad incorporando al análisis los conflictos de clase, obviamente sin negar la particularidad o especificidad del conflicto racial. Por ejemplo, en el caso de la discriminación al afroamericano, esta tiene mucho que ver con el hecho de que fueron estos durante siglos la mano de obra esclava en el continente, estamos seguros que si el centro de desarrollo del capitalismo mundial se encontrara en el África sub.-sahariana la población blanca fuese la discriminada y catalogada de inferior.
En fin, la Lucha de Clases no es un fenómeno abstracto (Burguesía vs. Proletariado), sino que esta conformada por múltiples determinaciones sociales, lo cual le da su carácter complejo. Cada proceso de Lucha de Clases tiene una particularidad de acuerdo al tiempo, al espacio y a los grupos humanos presentes en una estructura económica-social específica.
Por lo cual las contradicciones étnicas no debemos dejarla en segundo plano, como si fueran irreales o imaginarias, por el contrario tienen mucho peso histórico, pero seamos cuidadosos, a lo interno de estas con mucha seguridad anidan conflictos de clases.
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