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EL SISTEMA-MUNDO CAPITALISTA Y SU SALIDA HACIA OTRA SOCIEDAD

Por: Sergio Gil.

La debacle del sistema capitalista obedece a la inescrupulosa acción especulativa que ejercen los centros de poder económico mundial en la que están sujetos las economías de los pueblos dirigidos al hoyo de la libre competencia, la demanda y la oferta, el superfluo de los intereses en la bolsa bursátil y la incrementaciòn de la superproducción de los oligopolios sobre la cotización de los precios de los productos en las bolsas del mercado internacional y mundial donde la demanda del mercado están puestos en la especulación de la inversión mercantil que rigen la esfera de las finanzas globalizadas, el precio de la moneda como mercancía (dollar, yens, euro) y el petróleo.

Se trató de otra crisis de sobreproducción, acompañada de una significativa reducción de las ganancias de los grandes consorcios, de perspectivas de agotamiento de las fuentes propias de energía, minerales estratégicos, agua, biodiversidad; extensión del desempleo, grandes flujos migratorios procedentes de los países del Sur y otros síntomas alarmantes.

El colapso del capitalismo no ha ocurrido porque las empresas, la banca y el gobierno han trasladado a las espaldas del salario y de las clases asalariadas toda la carga de adaptar el capitalismo estadounidense a las demandas del mercado. Lo que se llama la "crisis del capitalismo" es en realidad la crisis del trabajo, es decir, la reducción absoluta y relativa de los niveles de vida, evidente en la eliminación de:
a) planes de pensión con fondos de las empresas e incremento en la aportación de los trabajadores a esos planes.
b) eliminación o reducción de pagos a planes de salud y mayores deducciones a los salarios para gastos en salud, o bien pérdida total de la protección a la salud.
c) crecimiento de dos dígitos en los costos de energía, salud, educación y medicinas que no están calculados en el índice de precios al consumidor.
d) la ola creciente de concesiones de líderes sindicales escleróticos que ganan sueldos excesivos, los cuales degradan los niveles de vida e incrementan las ganancias de las corporaciones.

Además, la desregulación de las dependencias ambientales, laborales y de protección al consumidor ha conducido a problemas de salud y pérdida de ingreso para los asalariados y en mayores ganancias para las empresas.

Para una resurrección del radicalismo, de la toma del poder por parte de la clase trabajadora es importante concentrarse no en la tesis del derrumbe, sino en la intensificación y extensión de la explotación de los trabajadores, del medio ambiente y de los consumidores por el capital corporativo, la cual permite a la economía estadounidense continuar creciendo y sobreponiéndose a cualquier tropiezo momentáneo.

Las predicciones de un colapso del capitalismo se construyen sobre un espacioso conjunto de argumentos, que es fácil volver de revés y que desvían nuestra atención de las verdaderas tareas de unirse a la lucha en los lugares de trabajo, en el medio ambiente y en los sitios de consumo.

De todo esto ha resultado un capitalismo y un imperialismo más moderno en sus áreas de gran acumulación, pero a la vez más bárbaro y brutal respecto a la gran mayoría de la humanidad.

Las recetas del gran capital para salir de su crisis estructural han creado una crisis mayor; una crisis de existencia de la humanidad, una crisis civilizatoria, realmente insoportable.

Y el empobrecimiento masivo de seres humanos y naturaleza, la inseguridad de vida, los sufrimientos potenciados, las guerras desatadas, el elevado nivel de la crisis moral, el auge de la mentira y de la delincuencia de Estado, los abusos contra el acervo cultural y la diversidad, el aplastamiento de identidades nacionales y las discriminaciones por género,,razas y edad…han dado lugar a una resistencia creciente y a una contrapartida de luchas y rebeldías de profundo contenido social, anticapitalista, antiimperialista.

En América Latina y el Caribe esto se ha transformado en una nueva oleada revolucionaria con características muy originales.

Es la primera ola de este siglo XXI y la cuarta en los últimos 50 años del Siglo XX.
(1-Revolución Cubana y su entorno, Abril 65 en República Dominicana, proceso torrijista en Panamá.
2-Auge de las luchas en el Cono Sur y victoria de la Unidad Popular en Chile
3- Revolución Sandinista en Nicaragua e insurgencias centroamericanas
4-Revolución Bolivariana de Venezuela con su onda expansiva, insurgencia colombiana y auge progresista en Suramérica).

Y esta cuarta ola pinta ser la mas difícil de aplastar y contener tanto por medios políticos como por la vía militar.

Es detestablemente lamentable la situación que cruza la que hace pocos momentos es considerada la súper poderosa potencia económica de Estados Unidos.

Las noticias internacionales en este instante reflejan que hoy son 32 millones de estadounidenses los que están tratando de sobrevivir con cupones de comida que esta entregando el Estado.

Volviendo de nuevo a emplear ese triste método asistencialista de Estado, como lo son Los cupones de comida que empezaron a ser repartidos durante la Segunda Guerra Mundial. Hoy el gobierno ya no reparte cupones impresos, sino en forma de tarjetas electrónicas a las que se les puede cargar cada mes un promedio de 100 dólares por persona.

"Son las mayores cifras de todos los tiempos", afirma Ellen Vollinger, directora de FRAC, una organización que hace lobby en Washington en contra del hambre.

"Muchos estadounidenses ya no saben de dónde sacarán su próxima comida", subraya. El creciente desempleo hace que la demanda de cupones aumente constantemente, pero las necesidades no terminan ahí: cada vez son más los que, a pesar de tener un empleo, dependen de las "food stamps".

Cabe preguntarnos cuantas esperanzas están puestas de parte del pueblo estadounidense sobre el Gobierno de Barack Obama, cuando el plan de estímulo económico de 787.000 millones de dólares promulgado hace una semana por el jefe de la Casa Blanca, va selectivamente dirigido a financiar a la banca y al mercado y no a la producción sustentable de una economía que apunte a sacudirse la libre competencia del mercado, además de la elevación de las tasas de impuesto y de interés que tienen que pagar las y los trabajadores quienes producen con su trabajo todo lo que consume la nación.

Se trata de un nuevo ciclo histórico, esta crisis mundial del modo de producción capitalista no solo envestirá a las economías de los pueblos mas vulnerables sino también a los países medianamente mas fuertes como ya esta surtiendo efecto, de tal manera que existe un reacomodo de las principales potencias económicas del mundo, es por ello que hay que hablar de un sistema-mundo, cual se encuentra en una grave crisis estructural que forma parte del quiebre de este colapso histórico que vivimos en los actuales momentos ante el sistema mundial capitalista, pues EEUU en la conducción de Obama buscara nuevos oxígenos tratando de ir hacia un mundo bipolar, tratara en lo máximo posible tender puentes y establecer alianzas de apoyo entre las economías de Europa que buscan la construcción plena de la UE, por ahora es difícil hablar de una economía fuerte y sólida, la crisis financiera se ha expandido por todo el mundo y es visible hasta en países que han mantenido un cierto equilibrio económico como Grecia o Suecia.

Para bien de América Latina nos encontramos en un status político autónomo, independientemente de las políticas de corte neoliberal que impulsa y desarrolla Brasil y Chile.

La salida de tal crisis donde se coloca esta recesión económica mundial tiene que ser expuesta sobre la vía de la evolución política, abierta al entendimiento de los movimientos revolucionarios quienes luchamos por cambiar mas allá del modelo productivo, el modelo civilizatorio.

Estamos al pie del cañón de una inmensa recomposición de fuerzas en las que avanzan, los grupos poderosos hegemónicos del planeta en su afán de aplicar las nuevas estrategias que reformularía los objetivos del imperialismo, representantes de tal amenaza, son los 27 Estados que componen la Unión Europea, mas los 26 Estados de la OTAN y EEUU, la llamada nueva alianza del siglo XXI que se ha venido revitalizando a través de las cumbres donde se dan cita los representantes de dichos organismos teniendo a Francia como principal intermediario, por tener la presidencia de la UE y haber anunciado su intención de reintegrarse al comando militar de la OTAN, cual se ha acelerado durante todo el año pasado el impulso por la creación de la simbiosis militar UE-OTAN-EE.UU.

Venezuela mientras tanto tiene que tratar de poner en marcha al máximo su agenda y plan económico que eleva en sus anchas el gobierno revolucionario bolivariano que lideriza el presidente Comandante Chávez tanto nacional como de integración y unidad latinoamericana, cual esta demostrando la perspectiva de cambio que revertería los efectos del colapso global que ha generado el capitalismo, a pesar del recorte de producción de la OPEP producto de la baja demanda de crudo que ha tambaleado los precios del barril de petróleo, el Estado ha acertado en la reducción de las importaciones y en la sustitución de algunos enseres que poco a poco se esta realizando teniendo en cuenta la insertacion de los mismos por parte de la producción privada.

En cuanto a las obligaciones financieras, cuales dan parte a la deuda externa, esta se ha superado con el 9,1% del gasto público, ubicando en el nivel mas bajo de los últimos 35 años, colocándose en menos del 15% del PIB, como resultado de una estrategia que persigue reducir nuestra vulnerabilidad externa.

El salto cualitativo en ir transitando hacia la nacionalización de las principales industrias de la nación, como la industria del hierro de Guayana SIDOR y otras corporaciones de servicios básicos que ahora son parte del Estado, que requiere ir acompañada a profundidad del máximo replanteamiento integral de crear unidades de producción con contenido socialista, reconfigurando las relaciones de producción el marco de la política socialista, donde la propiedad pase a ser colectiva y controlada por la organización de los obreros y trabajadores.

Asimismo el crecimiento del apoyo a la producción agrícola en el campo hacia el pequeño y mediano productor se ha incrementando valorablemente (aprobación de 8.373 créditos para la siembra de arroz, maíz blanco, maíz amarillo y sorgo, 75 créditos para unidades agroecológicas, la creación de la Empresa Mixta Socialista Pesquera del ALBA para garantizar el suministro del 30% del consumo de pescado a la población; entre otros) colocando ahora sus rublos al proyecto de soberanía nacional alimentaría en la administración de las estupendas misiones sociales de MERCAL y PDVAL apoyadas también por la Convención Nacional Agraria (CVA).

Estos significativos avances expresados en los diferentes sectores de la producción y los sectores económicos, políticos y sociales forman parte del proyecto nación que impulsa el proceso revolucionario bolivariano quien junto a los sectores mas avanzados de la sociedad (obreros-trabajadores-explotados en general) conscientes de su realidad apuestan a la profundización de la transformación de la nación y del modo de producción capitalista por el modelo de sociedad socialista, construyendo desde las bases el poder popular desde el poder constituyente quien es el mismo pueblo cual tiene el deber de ejercer la organización y la planificación de las estructuras demoliendo el Estado liberal heredado para así tomar parte de la dirección de su propia realidad.
De algo si hay que estar seguros, que son las perspectivas de la lucha revolucionaria desarrolladas por cada pueblo, la única solución frente al colapso histórico de la crisis capitalista mundial. Solo el poder del pueblo salvara al pueblo.

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