InSurGente.- La presidenta de Filipinas, Gloria Macapagal Arroyo, acusó hoy a la rebelión comunista, que cumplirá cuatro décadas de lucha armada el año próximo, de frenar el desarrollo en las áreas rurales y reiteró su promesa de acabar con los insurgentes para el 2010, cuando vence su mandato único. 'Tenemos que acabar con su ideología sin sentido y sus actos criminales de una vez por todas, para poder convertirnos en un país de primera clase en veinte años', dijo la mandataria durante un acto público en la ciudad de Bacolod, a unos 510 kilómetros al sureste de Manila.
La jefa de Estado indicó que la solución del conflicto precisaba de una acción militar y de otra social, y aseguró que los insurgentes comunistas combaten el progreso y el crecimiento económico en las áreas rurales, a la vez que son responsables de una amplio abanico de violaciones de los derechos humanos.
Las declaraciones de Macapagal Arroyo ante la Asamblea de Seguridad y Paz Local de las Visayas Occidentales surgen una semana después de que embajada de Noruega en Manila revelase que delegados del Gobierno de Filipinas y de la rebelión comunista se reunieron en secreto en Oslo del 13 al 15 de mayo para tratar de relanzar las negociaciones de paz, paralizadas desde 2006.
Las autoridades filipinas piden al ilegal Partido Comunista de Filipinas que proclame una tregua para continuar las negociaciones, mientras que los segundos exigen que les borren de la lista de grupos terroristas de Estados Unidos.
El Nuevo Ejército del Pueblo, el brazo armado del ilegal Partido Comunista de Filipinas, cuenta entre 5.700 y 7.200 combatientes regulares y lleva desde su fundación, 1969, alzado en armas.
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