Los intentos de socavar el papel histórico de los comunistas

Por: Sergio Gil.

Los ideólogos de la burguesía, los reformistas de diferentes pelaje y los revisionistas, son cada vez mas sutiles en sus ataques contra quienes militamos dentro de la concepción revolucionaria del marxismo-leninismo, cuales en el tiempo hemos sido y tenemos el compromiso histórico con la humanidad de ser pieza portentosamente fundamental, como fuerza de avanzada en la transformación de la sociedad, una gran demostración de ello obedece a la experiencia histórica que llevo a la clase obrera y a los trabajadores de la Rusia de 1917 al triunfo de la Gran Revolución de Octubre y por ende, asimismo al primer ejemplo realizado en la construcción del socialismo, “socialismo real” con perspectiva de llegar a alcanzar el anhelo del comunismo.

El curso común de la historia mundial después de la revolución socialista en Rusia disipo por completo semejantes predicciones de los ideólogos enemigos del leninismo. Ahora ninguno de ellos, independientemente de los puntos de vista que sustenten, pueden ignorar la importancia del hecho concreto de la URSS, ya que esté entro orgánicamente en la historia contemporánea con toda una serie de profundos cambios revolucionarios que en una u otra medida tocaban a todos los países del mundo.

Por ejemplo, el ideólogo del anticomunismo D. Kennan, en vísperas del 50 Aniversario del Poder Soviético, escribió que el experimento de la revolución de Octubre “creo una civilización estable, capaz de darle salida a muchos si no a todos los impulsos humanos positivos”. Los cambios obligados en las posiciones de los ideólogos burgueses no significan de ningún modo que ellos hayan conciliado con las conquistas de los revolucionarios comunistas, ni con la teoría marxista-leninista. Sencillamente cambian los métodos de la crítica y la fundamentaciòn teórica y práctica o razón de la realidad. Ellos se vuelven mas precisos y diversos. Los profesores burgueses, los militantes revisionistas tratan de darle a esta crítica una forma de polémica, e inventan métodos de lucha más sutiles contra unas u otras conclusiones de la doctrina leninista acerca de la revolución y la construcción del socialismo.

El objetivo fundamental, “la tarea suprema” de los ideólogos del anticomunismo o simplemente los que se encuentran confundidos acerca de corrientes de pensamiento filosófico para guiar la acción y la transformación de la realidad, consiste en quebrantar el papel dirigente de los comunistas dentro del proceso revolucionario, darle libertad “al juego de las fuerzas políticas”, confirmar el “pluralismo político”, y con ello, socavar las bases políticas de la construcción del socialismo. Y esto es natural, pues especialmente la política de los comunistas es la base vital del orden socialista, de cambiar el modo de producción capitalista por el socialismo.

En los ataques hacia los comunistas se ejercitan los oportunistas de todo tipo. Los “izquierdistas” tratan de liquidar las organizaciones de los comunistas, a su destacamento, de apartar a sus mejores cuadros revolucionarios. En lugar de contar con el aporte de los comunistas, ellos tratan de crear una organización de tipo militar-burocrática, pequeño burguesa en su esencia de clase, llamada a servir de apoyo a la política nacionalista y chovinista de su alta dirigencia.

Incluso de los “militantes” que están adentro de las filas del Partido Comunista se encuentran dirigentes camuflajeados astutamente que expresan intereses distintos al marxismo-leninismo, en la forma práctica de desarrollar el trabajo con las masas populares y la clase obrera que frenan el avance político, organizativo e ideológico para el alcance de la toma del poder popular, profundizar la lucha por la liberación nacional en el impulso hacia el socialismo.

Los derechistas en su objetivo mas claro, quienes no propiamente sean los que representan los intereses de la clase antagónica, tratan directamente de apartar a los comunistas del poder y de la dirección de la sociedad; los anticomunistas abiertos también hacen esto bajo la bandera de la “liberalización”, de la defensa de la democracia con respecto a la imaginaria “dictadura del proletariado” que proponen los marxistas-leninistas en la interpretación sencilla de que sea el pueblo explotado quien demanda la estructura social de una sociedad socialista.

En lo concerniente al proceso revolucionario bolivariano en su actual fase de carácter expresado de liberación nacional en perspectiva hacia el socialismo, los comunistas actuamos en los espacios de discusión, debate y construcción de políticas como fuerza dirigente y orientadora de las masas y del movimiento progresista, así como en la contribución política-ideológica de todo el sistema de organizaciones estatales y sociales. La búsqueda de la ruptura o el aniquilamiento de los comunistas implicarían la liquidación de las luces que encienden la alternativa social del socialismo frente al capitalismo, tensado en la voluntad para responder al imperativo político-moral de contribuir a realizarlo.

La experiencia histórica de la Unión Soviética y otros países socialistas han sido la comprobación a través de la historia, la veracidad de la doctrina leninista acerca del papel dirigente de los comunistas y del cumplimiento que tiene en su lucha irreductible junto al pueblo y el instrumento del Partido que sirve de garantía esencialmente orientadora, organizadora y unitaria de la clase obrera y trabajadora y de todos los sectores que componen al pueblo oprimido cual no puede perder ni un instante la interpretación de su papel original como parte que ocupa en su carácter de clase (proletariado) social en la sociedad y no la de cualquier (partido electoral) que emplea este método para la toma del poder.