Es importante la información de que Ávila TV ha sido transferida al Ministerio PP de Comunicación e Información y que la Escuela Bolivariana del Poder Popular (EBPP) fue transferida al Ministerio PP de Educación, debido a que son dos espacios muy valiosos para los sectores populares caraqueños, sobre todo en tanto han jugado un papel significativo en la lucha ideológica y mediática que día a día se libra contra los sectores pro-imperialistas y derechistas, realmente es un alivio, que estas instituciones emblemáticas donde la juventud tiene una importante participación no hayan pasado a manos del inefable adeco Antonio Ledezma, realmente hubiese sido lamentable y vergonzoso.
Esta decisión política, abre la posibilidad de impulsar el planteamiento de que Ávila TV se transmita a nivel nacional. Ciertamente se tendrían que dar una serie de adaptaciones para que la programación refleje la realidad de todo el país y pudiesen discutirse algunos aspectos del contenido de programación, pero lo que es cierto, es que este canal televisivo tiene la posibilidad de jugar un papel fundamental en la construcción de una alternativa juvenil que permita socavar la influencia ideológica demoledora de canales como Venevisión, Televen o el Cable.
Hemos insistido anteriormente en esto, la revolución no ha logrado hasta ahora construir políticas eficaces para ganarse con mayor fuerza el corazón de los jóvenes venezolanos, no me refiero a políticas sociales en las cuales es obvio que la población juvenil ha sido fuertemente favorecida (como educación, salud, deporte, etc.), me refiero a políticas en el orden cultural y comunicacional que logre conquistar las diversas sensibilidades estéticas que caracterizan a los adolescentes y jóvenes venezolanos.
La Revolución Bolivariana debe romper la identificación que han creado los medios privados en la juventud, de la Revolución con lo feo, o con lo aburrido, lo anticuado, etc. Es imprescindible redoblar los esfuerzos en la construcción de una propuesta hegemónica, que conquiste las subjetividades de los jóvenes, en este sentido la Caravana de la Alegría fue una buena iniciativa, la Juventud del PSUV, y el resto de las organizaciones juveniles revolucionarias tienen como tarea fundamental este trabajo.
Es en este marco donde Ávila TV puede jugar un rol fundamental, son pocos los jóvenes que ven Telesur, VTV, Vive o TVes, de repente uno que otro programa, un juego de básquet o un concierto. Esto se debe a que no hay identificación del joven con los mensajes transmitidos, eso no quiere decir que cedamos a la influencia de la televisión de entretenimiento privada, no, debemos sentarnos a pensar en la construcción de una alternativa agradable pero a la vez radical, me parce que Ávila TV ha avanzado en este sentido considerablemente; que interesante ver una programación donde los clichés del buen hablar (muy distantes al lenguaje de nuestra juventud) son rotos permanentemente sin necesidad caer en lo obsceno en la mayoría de los casos; o como la discriminación de cualquier tipo es minimizada considerablemente (poco racismo, poco clasismo, poca homofobia, poco machismo, etc.); ver hablar a un joven del barrio dirigiendo un programa rompe esquemas; que los jóvenes puedan discutir sobre temas políticos de actualidad en un programa donde ellos sean los protagonistas, no tiene nada que ver con el programa hablan los estudiantes de Venevisión o el noticiero juvenil de Globovisión; ver un programa muy crítico a los medios privados dirigido por dos muchachas simpáticas pero sencillas problematiza y desmonta la imagen de la mujer objeto; ver un transexual dirigiendo un programa de sexualidad es vanguardista; un programa de género que se llame “Entrompe de Falopio” independientemente que pueda mejorarse su contenido habla mucho de la creatividad y la rebeldía que pueden explotar los jóvenes, darle oportunidad de expresión al movimiento hip-hop, al breakdance, al rock, la salsa o a cualquier forma de fusión que desarrolla en los talleres de la cultura urbana, expresa una realidad que muchas veces es ocultada y comercializada de forma banal por la TV privada.
Estos son algunos de los aspectos que la programación de Ávila TV ofrece, no digo que sea perfecto este canal, pero sin lugar a dudas puede jugar un papel más importante en materia comunicacional juvenil que el resto de canales televisivos de la Revolución. Es impostergable la aparición de una alternativa de televisión donde los sectores juveniles invisibles aparezcan con toda su fuerza y potencialidad, una televisión donde tanto el joven del barrio como el de la urbanización se sientan representados sin discriminación, donde tengan cabida los jóvenes trabajadores.
Por esta razón Ávila TV debe convertirse en el quinto canal del sistema nacional de televisión pública, dirigido especialmente a los sectores juveniles que en Venezuela demográficamente no son poca cosa.
De más esta decir que una Revolución que no convenza a los jóvenes y adolescentes de hoy, no tiene perspectivas futuras.
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