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Jóvenes disfrazados como el Ku Klux Klan, claras muestras de fascismo y agresiones contra periodistas (y en particular contra Érika Ortega Sanoja, joven periodista de Venezolana de Televisión, así como contra Manuel Fajardo, de RNV) forman parte de los detalles no tan conocidos de la marcha que la juventud opositora de derecha realizó el pasado viernes desde Chacaíto hasta Plaza Venezuela, en rechazo a la enmienda constitucional.
"Es horrible que uno tenga que venir a calarse las agresiones de la gente", explicó en medio de lágrimas Érika Ortega Sanoja, periodista de Venezolana de Televisión quien explicó que fue víctima de insultos y acoso sexual por parte de los oposicionistas. "Una cosa es venir a hacer trabajo periodísitco y otra cosa muy distinta es que vengan (...) a tratarlo a uno como un perro de la calle", afirmó. "Eres un chavista maricón" fue sólo uno de los insultos dirigidos contra Carlos Echeverri, periodista de Ávila TV, por un coro de opositores.
Por hechos menos graves, los periodistas de Globovisión, RCTV y otros medios antichavistas han ido hasta la OEA a pedir medidas de protección por supuestas agresiones de parte del chavismo.
Hubo otros hechos interesantes. Un joven mostraba con orgullo su franela negra de Otpor mientras afirmaba que "quizás Bolívar se enfermó de poder", ello luego de que Pedro Carvajalino, periodista de Ávila TV, le explicara que el Libertador planteaba una especie de reelección indefinida en 1827. Finalmente no quiso responder más cuando Carvajalino le explicó que la enmienda no acaba con el principio de alternabilidad, ya que el pueblo será quien decida cuándo se elegirá a uno o a otro líder.
Una mujer pedía "muerte indefinida" contra el Presidente Chávez a través de una pancarta. Otra pedía lanzarle de 30 bombas al Jefe de Estado. Pero el político Henry Ramos Allup (apodado muy apropiadamente "la vieja loca de El Cafetal" por el director de Telesur) aseguraba este lunes que las amenazas de muerte contra el Presidente Chávez son alucionaciones.
Otro más le exigía a Chávez montarse en el satélite e irse del país. Pero loq ue llamaba la atención no era lo que decía, sino la forma en que lo decía, expresando un odio visceral inyectado aparentemente por los medios privados.
Otros más pedían el retorno de los gobiernos de Caldera y Carlos Andrés Pérez, que consideraban muchos mejores a pesar del Caracazo y la crisis bancaria.
Esta es la gente que defiende el No. ¿Está de acuerdo con ellos?
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